P. Francisco J: Rebollo Leòn SIERVOS DEL DIVINO AMOR

P. Francisco J. Rebollo Leòn SIERVOS DEL DIVINO AMOR

jueves, 3 de marzo de 2011

LA INSTITUCION DE LA EUCARISTIA

EL JUEVES SANTO
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Hoy  jueves quisiera que reflexionáramos sobre el origen de la Eucaristía que nos dejó Nuestro Señor en la última Cena, aquella noche memorable en el Cenáculo donde celebraba la Pascua Judía con sus discípulos y que transforma Jesucristo en un legado Divino al instituir el Sacramento del Orden y el Sacramento del Amor: la Eucaristía, dos sacramentos que van unidos precisamente por su origen y por su importancia y dependencia uno de otro, no hay Eucaristía sin Sacerdocio y no hay Sacerdocio sin la Eucaristía.
El santo Padre Juan Pablo II en la introducción a su Encíclica ECLESSIA DE EUCARISTIA en el número 2, nos describe con esa sencillez propia de Él ese momento en que Nuestro Señor instituye  la Eucaristía la noche del Jueves Santo:

 El Cenáculo es el lugar de la institución de este Santísimo Sacramento. Allí Cristo tomó en sus manos el pan, lo partió y lo dio a los discípulos diciendo: « Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros » (cf. Mt 26, 26; Lc 22, 19; 1 Co 11, 24). Después tomó en sus manos el cáliz del vino y les dijo: « Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados » (cf. Mc 14, 24; Lc 22, 20; 1 Co 11, 25). Estoy agradecido al Señor Jesús que me permitió repetir en aquel mismo lugar, obedeciendo su mandato « haced esto en conmemoración mía » (Lc 22, 19), las palabras pronunciadas por Él hace dos mil años.”


Es pues ese Jueves Santo el momento en que Jesús se nos da anticipando su Sacrificio cruento que se llevaría a cabo al día siguiente en el Calvario. Es una manera de perpetuar su entrega por Amor a su Padre y a la Humanidad y de que se repitiera una y otra vez en cada Misa celebrada a través de los siglos hasta la consumación de los tiempos. Es pues el colmo de la Generosidad Divina.
En la entrada anterior señalaba que la Eucaristía tiene, por decirlo así, tres momentos: Sacrificial, Comunión y Adoración. En el Código de Derecho Canónico de la Iglesia Universal nos los describe así en el Canon:898
“Tributen los fieles la máxima veneración a la santísima Eucaristía, tomando parte activa en la celebración del Sacrificio augustísimo, recibiendo este sacramento frecuentemente y con mucha devoción, y dándole culto con suma adoración; los pastores de almas, al exponer la doctrina sobre este sacramento, inculquen diligentemente a los fieles esta obligación”



Es pues el momento Sacrificial el que nos va a ocupar en las siguientes entradas y posteriormente los otros dos: Comunión y Adoración.